EL CLUB DE LOS CINCO - ME LLAMAN MULO

miércoles, 25 de enero de 2012

EL CLUB DE LOS CINCO


Mi película favorita de la década de los 80 no tiene que ver con zombies de bajo cociente intelectual,  animales submarinos gigantes devorahombres ni con vampiros afeminados...Se trata de una comedia ligera, edulcorada, ligeramente crítica y de tintes adolescentes que incluso tiene el enfoque teatral del que suelo huir en condiciones normales pero que en esta ocasión me atrapó desde la primera vez que la ví en televisión.
El club de los cinco es, curiosamente, una película emblemática dentro de la década de los 80 y al mismo tiempo un film ligeramente olvidado que suele pasar desapercibido en algunas de las recopilaciones cinematográficas cuando se trata de repasar esta simpática década, a pesar de su gran funcionamiento en taquilla y de haber recibido en su momento unas críticas considerablemente buenas. Pero uno que tiene un corazoncito con memoria de elefante no olvida ni olvidará nunca el hormigueo que sintió cuando sonaba la canción de Simple Minds al mismo tiempo que john Bender (magníficamente interpretado por Judd Nelson) levanta el puño en alto cuando cruza el campo de rugby del instituto Shermer en uno de los finales más épicos que na pasado por mi tubo catódico. 
La película ha sido elegida una y mil veces como la número 1 dentro del llamado género "adolescente", aunque sus planteamientos no sean en absoluto infantiles o banales y la revista cinemanía la eligió en el 2005 como la película más importante de los 80 por encima de ET, la saga de Indiana Jones o el retorno del Jedi..ahí es nada.

JOHN HUGHES (1950-2009)

El director, John Hughes, venía de obtener algún que otro éxito de taquilla importante con películas como "la mujer explosiva", o "la mujer de rosa", y al año siguiente volvió a dar la campanada con la siempre simpática "todo en un día", otra de mis comedias favoritas de aquel entonces. Pero El club de los cinco fue su consagración definitiva, porque a diferencia de las citadas, era una película coherente, 
sencilla y con un planteamiento fácil de seguir pero serio y entretenido al mismo tiempo, donde la forma importaba menos y el fondo pasaba a un primerísimo plano gracias a unos diálogos acertados y a un elenco de actores totalmente irremplazables.
Para aquellos que estuvieron criogenizados en 1985, repasaremos un poco el argumento para que no anden desubicados: cinco jóvenes son castigados a pasar un sábado entero encerrados en la biblioteca de su Instituto sin otra cosa que hacer que escribir un ensayo sobre cómo se ven a sí mismos. Dado que es (repito) sábado, la única compañía que tienen es la del director que ejerce de vigilante (el fallecido Paul Gleason), y el bedel que hace su ronda diaria para dejarlo todo en orden.

Cada uno de los estudiantes es de su padre y de su madre, y las diferencias no pueden ser mayores: tenemos a John Bender (Judd Nelson), un macarra con clara vocación de penitenciario, Andy Clark (Emilio Estévez), capitán del equipo de lucha del instituto, Claire (Molly Ringwald), una niña bien con la misma experiencia vital que un indígena selvático de 5 años, Brian (Anthony Michael Hall), el tìpico cerebrito y Allison (Ally Sheedy), que de ir al instituto hoy sería una chica emo fan de Tokyo hotel y porquerías asi...
El "delito" de cada uno es irrelevante y va desde saltarse un día de clase para ir de compras hasta esconder una pistola en el armario de la escuela con claras ideas suicidas pasando por envolver los testículos de un compañero de clase con celofán. Lo importante de la película es el proceso de acercamiento de los cinco jóvenes a través del diálogo (generalmente más parecido a una discusión que a una conversación) y la puesta en común de miedos, vergüenzas y frustraciones. 
Al final los cinco jovenzuelos se dan cuenta de que son mucho más profundos que los estereotipos que representan y que al mismo tiempo no son tan distintos unos de otros..que sus problemas vienen condicionados por el ambiente, por la educación y sobre todo, por la influencia de sus padres, que tratan de volcar sobre ellos sus anhelos no cumplidos..
Hughes abusa en ciertos momentos de la psicologización de los diálogos, y por momentos eso se ve afectado por el lenguaje de la época, que ha envejecido regularmente aunque en el fondo siga siendo igual de válido. Alguna de las situaciones es demasiado forzada, y por momentos se entremezclan la tensión y el buen "rollo" que hay entre los personajes creando un ambiente algo confuso, pero fácil de seguir en definitiva.
Uno de los puntos fuertes del film es, como he dicho antes, la elección de los actores, que por una vez tenían una edad relativamente acertada (el mayor era Judd Nelson y tenía 25 años y la más joven era Ringwald con 16) lo que hacía algo más creíble lo que estábamos viendo. Los productores de "sensación de vivir" podrían haber aprendido antes de poner a ancianos de 40 años a estudiar selectividad..
Aunque hay alguna escena algo tontorrona (como la del porro o el momento videoclipero llegando ya al final), hay momentos antológicos a cascoporro y ya desde el principio cuando aparece la cita de David Bowie impresa en letras de cristal sobre un fondo negro uno sabe que está a punto de ver algo bien gordo..Una de mis favoritas es cuando todos confiesan la razón por la que han sido obligados a ir a la escuela en sábado (especialmente intenso el "turno" de Estevez) y por supuesto, la mencionada anteriormente, que cierra la película de forma magistral. 
La película se traiciona a sí misma dejando al pobre nerd más solo que un leproso en una hamburguesería o con el totalmente prescindible cambio de look de la chica siniestra, pero es EEUU y eran los 80, asi que pasaremos por alto esos nimios detalles..
John Hughes era conocido en el mundillo por dar rienda suelta a sus actores, y eso se hace notar en más de una ocasión. Por ejemplo, la escena en la que Bender contempla una fotografía de un tipo con elefantiasis en los testículos fue totalmente improvisada por el actor, y aunque sea gamberra y tontorrona, a mí siempre me hizo mucha gracia..
Los actores tuvieron carreras bastante dispares, siendo el más prolífico Emilio Estévez suponemos que por aquello de ser hijo de Martin Sheen y hermano del alcohólico/drogadicto Charles Sheen, y aunque ahora anda algo desaparecido intentando hacerse un nombre como director, durante los 80 y principios de los 90 apareció en películas bastante interesantes (San Elmo punto de encuentro y Arma joven son mis preferidas).
Judd Nelson era un macarra en la vida real antes de aparecer en la película, algo que le ayudó mucho a la hora de hacerse con el papel en el casting (se cuenta que protagonizó una pelea justo un minuto antes de ser llamado para la audición) pero luego sus problemas con el alcohol y algunos papeles realmente desacertados le obligaron a desaparecer hasta que en los 90 protagonizara la serie De repente Susan junto a Brooke Shields. Ally Sheedy tuvo bastante éxito en películas de poca monta argumentalmente hablando pero con mucho tirón en taquilla durante los 80 como cortocircuito (John Badham, 1987), Juegos de Guerra (también de John Badham., 1981) o St Elmo punto de encuentro, donde coincidió con Estévez y Nelson otra vez...Ringwald protagonizó alguna comedia adolescente más como "la chica de rosa" (John Hughes, 1985) y luego fue enterrada en el frío cementerio de los telefilms, pero Michael Hall aguantó bien el tipo y aún sigue haciendo alguna cosilla, como interpretar a Bill Gates en Piratas de Sillicon Valley en 1999, papel por el que fue nominado al Emmy. 
IMPRESCINDIBLE.

PUNTUACIÓN EN EL MULÓMETRO: 9

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