LA PERVERSA SEÑORA WARD (Lo strano vizio della Signora Ward, Sergio Martino, 1971) - ME LLAMAN MULO

lunes, 23 de enero de 2012

LA PERVERSA SEÑORA WARD (Lo strano vizio della Signora Ward, Sergio Martino, 1971)

Agradable descubrimiento ha resultado ser este giallo realizado por Sergio Martino, reconozco que me acerqué a el con bastantes reservas, ya que venia del director de auténticos bodrios como La montaña del dios caníbal (La montagna del dio cannibale, 1978), un engendro que se podría definir como a medio camino entre el curioso subgénero de las mondo movies, cuyo máximo exponente es Este perro mundo (Mondo Cane, Gualtiero Giacopetti, 1962) y la deleznable Holocausto Canibal (Cannibal Holocaust, Ruggero Deodato, 1980), generadora esta última de gran controversia en su momento por la intención de hacer pasar las imágenes mostradas como reales, haciendo creer a medio mundo que el metraje en el que se mostraba a los protagonistas siendo masacrados era auténtico.
Sin embargo me he encontrado con una de las historias mejor construídas de este subgénero, mas cerca de los clásicos de Mario Bava que de las locuras, muchísimo mas atractivas visualmente, pero con guiones dignos de parvulario de los films de Darío Argento.


La perversa señora Ward nos cuenta la historia de, Julie Ward (Edwidge Fenech), una atractiva dama, bastante ligerita de cascos , que en un viaje a Austria con su marido se reencontrará con un antiguo amante con el que mantenía una enfermiza relación de tintes sado-masoquistas, al mismo tiempo conocerá a a otro hombre del que se enamorará y con el que mantendrá una nueva relación extra-matrimonial. Mientras tanto, un asesino psicópata hará de las suyas, liquidando a bellas jóvenes cortándolas la garganta con una navaja de afeitar. Los cadáveres no tardarán en acumularse, mientras el asesino muestra una especial fijación en nuestra protagonista, tanto el marido como sus amantes son sospechosos en una historia en la que nada es lo que parece.


La película tiende más a un thriller policial de corte "clasico" (dentro de los parámetros italianos) que al festival de asesinatos de diseño habitual en este género, de hecho es sorprendentemente comedida en cuanto a la sangre mostrada, centrándose más en el juego de ¿quien será el asesino?, que en los crímenes que éste comete, e incluso prescinde de la habitual (y generalmente sonrojante) explicación traumática para las motivaciones de el asesino cuando éste por fin es desenmascarado, lo cual se agradece enormemente, ya que supone una refrescante novedad en este tipo de películas, acercándose mas a una resolución estilo (salvando las distancias) hitchcockiano en su clímax. Gracias a un soprendentemente bien construído guión, un apartado técnico más que solvente, y unas interpretaciones bastante por encima de lo habitual, la película consigue enganchar, manteniendo el interés de principio a fin.

Julie Ward (Edwige Fenech), perfecto ejemplo de jaca cartujana

Por si todo esto no es suficiente, la banda sonora del film, compuesta por Nora Orlandi es de lo mejor que se puede oir en el género, alejándose radicalmente de las estridentes BSO´s creadas por Goblin para los films de Argento o las partituras del habitual entre el cine de género italiano Claudio Simonetti. Cabe destacar como curiosidad que el mismísimo Quentin Tarantino, empleó algunos cortes de la banda sonora de esta película para Kill Bill Volumen 2, concretamente en uno de los flashbacks en los que aparecen Bill y su hermano Bud hablando sobre la novia.
Sin embargo no tódo son aciertos, la película muestra un erotismo-soft de baratillo que en ocasiones resulta sonrojante por lo burdo de las situaciones en las que se muestra, hasta el punto que puede dar la impresión de que haya sido introducido mas por presiones del productor que por "exigencias del guión", pese a todo no seré yo el que se queje por la cantidad de piel femenina mostrada en una película. Pese a todo no llegan a molestar demasiado, en cualquier caso vistas hoy en día incluso pueden calificarse de inocentes, y en ningún momento llegan al nivel de sordidez de por ejemplo Fulci en sus momentos más desatados.



Solo en los 70 se podía ser inocente a la vez que guarrete...

En definitiva, una muy interesante opción para los que estén interesados en ver un giallo diferente, con un argumento mejor construido que lo habitual, y lo suficientemente light para aquellos que sean especialmente sensibles ante la truculencia, pero con su punto de cerdez que siempre es de agradecer para cualquier macho que se precie verdaderamente de serlo.

Post Scriptum: No puedo resistirme incluír este artículo del genial Viruete, sobre otra de las películas de Martino, la descacharrante Destroyer, brazo de acero, uno de los grandes clásicos videocluberos de los 80, no os la perdáis.

PUNTUACIÓN EN EL MULÓMETRO: 7.5

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