VIAJEROS DE LA NOCHE - ME LLAMAN MULO

miércoles, 11 de enero de 2012

VIAJEROS DE LA NOCHE

Uno que suscribe es, desde tiempos inmemoriales, un aficionado confeso a las películas de vampiros. Y digo confeso porque cualquiera que me conozca sabe de sobra que si una película cuenta en su guión con la presencia de vampiros, zombies o cabras robóticas hiperinteligentes con dos cabezas, me siento en la obligación de ir al cine a verla. Y sí..en su momento mi ignorancia y esta premisa moral me llevaron de cabeza al cine a ver crepúsculo, porque la filosfía vital de uno a veces tiene estas pequeñas rendijas, qué le vamos a hacer. Ya he pagado mi deuda con la sociedad en lo referente a aquel patinazo, asi que dejad de juzgarme, bastardos. 

La película de hoy es uno de los clásicos vampíricos, no solo de los 80 si no de la historia del cine en general, y es considerada una película de culto por los que saben de esto. Y como cualquier película de culto, cuando se estrenó fue un fracaso de taquilla debido a que coincidió en cartelera con "Jóvenes ocultos" (Joel Schumacher, 1987) y ésta contaba con un reparto más mediático, una campaña publicitaria brutal y una banda sonora de las de agárrense los machos que vienen curvas.


Hoy en día la directora del film, Kathryn Bigelow, es una profesional de lo más considerada gracias al éxito de "en tierra hostil" (2010), que le valió el Oscar de la Academia y el reconocimiento mundial después de una carrera de casi 25 años a sus espaldas, pero en el momento en el que se estrenó Los viajeros de la Noche sencillamente se le conocía como la "ex-mujer de Cameron" y poco más. Su relación con el director de Avatar queda patente en el reparto de Viajeros de la noche, que cuenta con un increible Lance Henrinkssen en el papel de Jesse y un sobresaliente Bill Paxton como Severen, y que junto con Jenette Goldstein venían de trabajar juntos en la magistral ‘Aliens, el regreso’ (‘Aliens’, James Cameron, 1986) lo que se nota en la química que rezuman durante todo el film. A mi personalmente sus películas me encantan, tienen un gran sentido del ritmo y no te venden castillos en el aire: son básicamente vehículos de entretenimiento honestos y divetidos, como sucede con "le llaman Bohdi" (1991) o "acero azul" (1989). Por este film a Bigelow se la conoció durante un tiempo como la “Sam Peckinpah femenina”, un título algo desproporcionado pero acorde con el film, que en un principio iba a ser un western puro y duro y que al final se reinventó para adaptarlo a algo que tuviera más público que una película de Marta Sánchez, dado que en aquella época no era un género que contase con muchos seguidores..
La historia que nos cuenta el film es la siguiente: un cowboy de pocas luces se encuentra con lo que allí llaman una forastera y en ausencia de otro plan mejor, decide confraternizar con ella con el estilo y la elegancia de cualquier sureño americano con sombrero, botas y una etiqueta de anís del mono como único certificado académico. Al final la chica resulta ser miembro de una pandilla ambulante de vampiros piojosos que vagabundean de ciudad en ciudad montando bastante jaleo y alimentándose como buenamente pueden. Nuestro amigo cae rendido ante los pies de la rubia vampiresa, quien decide convertirle en un miembro más de la pandilla. A partir de ese momento el vaquero protagonista, se divide entre el cariño que le ha cogido a la mencionada moza y el tener que vivir toda su vida llevando la misma ropa y sin poder volver a ver el sol de nuevo.
lance, excelente como siempre..

La película es en definitiva una mezcla de géneros, donde se combinan el cine negro, la comedia, el western y por supuesto, el cine de terror, pero no deja de ser una cinta bastante desligada de lo que generalmente se entiende como "películas de vampiros". Para empezar, este término no se menciona en toda la película, los protagonistas no tienen colmillos, no aparecen cruces ni ajos por ninguna parte y solo se respeta el tópico de la fotofobia. La fotografía es ochentera total, y aunque los diálogos no son precisamente de lo mejor que ha dado la industria y han envejecido con dificultad, tampoco dan demasiada vergüenza ajena. 
Es una de mis películas favoritas de la década, pero objetivamente he de reconocer que puede resultar floja si se ve de primeras y no se cuenta con el cariño que dan la nostalgia y el sentimentalismo tonto que tengo yo por castigo. Las idas y venidas del vaquero protagonista dentro del grupo de vampiros con motivo de sus crisis de identidad al final cansan un poco, y de la pandilla de chupasangres solo los mencionados arriba Henriksen y Paxton tienen cierto encanto y carisma. Además, la película se resuelve con un final más propio de un telefilm que de una gran producción, si bien eso se compensa con un par de escenas memorables como la de la huída de los vampiros en mitad de un tiroteo con la policía a plena luz del día o la pelea en el bar con los sorprendidos lugareños.Técnicamente me parece notable, y la mencionada escena bajo el sol está increiblemente bien resuelta y se me antoja casi épica, pero es cierto que a mitad de la película el ritmo sufre un ligero bajón. El peso de la chica protagonista (Mae, interpretada por Jenny Wright) baja enteros vertiginosamente y al final es básicamente puro relleno, y se desperdicia un poco el carisma de los demás vampiros.
En resumen: hay que verla teniendo en cuenta que tiene ya sus añitos, que cuenta con un presupuesto ajustadete y que es una película de vampiros no demasiado al uso...una obra maestra para gente rara.

Puntuación en el mulómetro: 7.8 

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