PELÍCULAS MALDITAS: DUNE (Dune, David Lynch, 1984) (Parte 1) - ME LLAMAN MULO

viernes, 21 de septiembre de 2012

PELÍCULAS MALDITAS: DUNE (Dune, David Lynch, 1984) (Parte 1)

Desde los comienzos del cine, los productores han buscado en la literatura historias dignas de llevarse a la gran pantalla, desde el Frankestein rodado por la compañia de Edison en 1910 hasta nuestros días las adaptaciones de libros clásicos o de moda están a la orden del día. Sin embargo hay ciertas obras que suelen considerarse como "infilmables", bien por lo cara y compleja que sería su traslación en imagen, bién porque dicha traslación adaptada al metraje habitual de una película, supondría una pérdida de gran parte de la esencia de la obra.
A pesar de ello mucho valientes directores y guionistas han intentado adaptar algunas de esas obras inadaptables, unas veces (las menos) con éxito (caso de Peter Jackson y su trilogía de El Señor de los Anillos (2001-2003), éxito que fue dado, aparte de por el buen hacer del director, por la confianza que la New Line depositó en él, dándole un mayestático presupuesto y permitiéndole rodar tres películas de más de tres horas de duración cada una, lo que le permitió ser más fiel de lo habitual en estos casos).

La mayoría de las ocasiones, sin embargo, estos intentos suelen acabar en desastre, y la culpa no es siempre porque la película resultante sea mala, sino por que no acaba satisfaciendo ni a los fanáticos de la obra que adaptan, ni para el público que se acerca por primera vez la historia con total desconocimiento de su precedente literario. Este es el caso de la película que comentaremos hoy. Un proyecto largamente acariciado por multitud de directores que cuando se estrenó supuso un batacazo tal en taquilla que casi arruina a su productor, Dino de Laurentis. Bienvenidos a Arrakis, también conocido con el nombre de Dune.


Cuando Frank Herbert publicó en forma de capítulos su novela Dune´s world (Mundo de Dunas) en la revista Astounding entre 1963 y 1964, poco podía imaginar que su historia se convertiría en una obra capital, no sólo en la literatura de ciencia ficción, sino en general. La novela, que finalmente se publicaría en forma de libro con el nombre de Dune, aglutinaba una gran cantidad de ideas que abarcaban la ecología, el mesianismo y la eugenesia, así como la religión, política y economía. Todos estos elemenos se aglutinaban alrededor de una clásica historia de intrigas palaciegas, en un futuro tremendamente lejano, en el cual, y debido a una guerra anterior contra las máquinas se había prohibido ciertos tipos de tecnología, por lo que, a pesar de los avances, la sociedad se parecía más a la época feudal que a la de un futuro hiper-tecnificado.

Los gusanos de arena, una de las imágenes mas icónicas de Dune.
La novela contaba la historia de Paul Atreides, hijo del duque Leto, el cual recibe la orden de ir a Arrakis a controlar la producción de la sustancia mas apreciada del universo, la especia. Gracias a esta droga natural, las personas que la ingieren pueden vivir durante mucho mas tiempo. Asimismo confiere capacidades prescientes a la sociedad de las Bene Gesserit, una agrupación de mujeres que se dedica a manipular linajes con el fin de conseguir engendrar al Kwisatz Haderach, el ser supremo del universo. Pero el más importante uso de la especia es para los navegantes de la cofradia, gracias a ella pueden vislumbrar los caminos más seguros de las naves que pilotan, permitiendo que la sociedad pueda desplazarse entre las estrellas, sin ella los humanos estarían confinados en sus planetas, sin la posibilidad de salir de ellos.

Esta especia sólo existe en Arrakis, por lo que las intrigas son constantes alrededor de la casa de Atreides. De hecho la asignación del planeta al duque por parte del emperador Shadamm IV obedece a intereses mas oscuros. Temiendo que la creciente popularidad del duque Leto suponga una amenaza para él, prepara un complot con los archienemigos de la casa Atreides, los Harkonnen, cuya cabeza visible es el barón Vladimir Harkonnen, un gordo sádico y brutal que ecuentra placer haciendo daño a los demás y que sólo puede moverse gracias a los suspensores gravíticos que le permiten mover su inmenso peso.



Una vez en arrakis, los atreides son atacados por las tropas del emperador, pero Paul y su madre Jessica consiguen sobrevivir, son adoptados por los Fremen, los habitantes naturales de Arrakis, los cuales toman a Paul como Muad´dib, el mesias que aparece en sus leyendas y que según ellos les conducirá a la verdadera libertad, asimismo Paul, gracias al consumo de especia ve como su potencial se va incrementando, por lo que, ayudado por los fremen, comienza su plan para reconquistar Arrakis, a la vez que se enamora de Chani, la hija del planetólogo imperial, la cual comparte el sueño de su padre de conseguir que arrakis pueda albergar agua gracias a un gigantesco proyecto de ecoingeniería que lleva realizándose durante generaciones sobre la superficie del planeta. Finalmente Paul, ayudado por los fremen, lanza la ofensiva final contra el emperador, consiguiendo hacerse con el control del imperio y convirtiéndose en el camino en el profetizado ser supremo del universo.

Como el lector que haya llegado hasta aquí y no se haya dormido en el intento podrá apreciar, la novela tiene una estructura realmente compleja, lo que devenía en prácticamente un suicidio cualquier intento de adaptarla de manera literal a un metraje convencional para la época, sin embargo no faltaron los valientes candidatos a realizar tan quijotesca gesta. 




Los primeros intentos de adaptar la  novela de Herbert datan de 1972, en ese año, el Productor Arthur P. Jacobs, responsable de otra gran adaptación de otro clásico de la ciencia ficción, la novela El Planeta de los Simios del novelista francés Pierre Boulle (El Puente sobre el Rio Kwai), llevada a cabo por Franklin J. Schaffner en 1968. Desgraciadamente, cuando tenía todo preparado para empezar a rodar, el productor falleció de un ataque cardiaco, por lo que la adaptación fué abandonada.

Tres años más tarde, en 1975 se produciría un segundo intento, en la que probablemente sea una de las películas jamás filmadas más lamentadas por los fanáticos del género en particular y del cine en general, cuando el artista chileno Alejandro Jodorowsky, responsable posteriormente de la inquietante Santa Sangre preparó una adaptación que, de haberse llevado a cabo, habría resultado sin duda una de las películas más ambiciosas jamás filmadas, con un metraje previsto de 10 horas, la participación de gente como Orson Welles encarnando al Barón Vladimir Harkonnen, Salvador Dalí en el papel del emperador (entre cuyas exigencias para aparecer en la película figuraban el cobrar 1 millón de dólares por hora de trabajo o que su trono fuera un WC diseñado por el mismo). O la banda sonora a cargo de Pink Floyd entre otras muchas cosas os pueden dar una idea de la magnitud del proyecto.

Cabe destacar que la reunión de artistas que planteó Jodorowsky para los diseños de la película era igual o más impresionante: los artistas Chris Foss, H. R Giger, Moebius y Dan O´ Bannon se encargaron de multiud de diseños artísticos para la película. Posteriormente cuando ésta quedó en nada, todos ellos acabaron haciendo otro gran clásico, el Alien de Riddley Scott, en la que incluso se reutilizaron algunos de los diseños adaptándolos a ésta. Con todos estos datos no puedo hacer otra cosa que llorar al pensar en el Dune que pudo haber sido y no fué...

 
El palacio Harkonnen diseñado por Giger, los pelos como escarpias...



Finalmente el proyecto fué abandonado cuando ya llevaban gastados 2 millones de dólares en la preproducción, dejando a los aficionados con un palmo de narices. La historia de Dune aún estaba lejos de ser adaptada.

Después de varias intentonas más, Dino de Laurentis consiguió los derechos en 1976 y empezó su particular cruzada para llevar a la pantalla grande Dune, incluso ofreciéndole el puesto de dirección a Riddley Scott, sin embargo, un sinfín de desavenencias creativas entre el director y el productor llevaron al traste nuevamente la adaptación. No sería hasta 1983 cuando por fín se comenzaría a rodar la adaptación, producida por Rafaella de Laurentis (hija de Dino), a los mandos de David Lynch un prometedor director que acometería lo que sería su primera superproducción después de el grán éxito de crítica y público que fue su anterior obra, El Hombre Elefante (The Elephant Man, 1980). Dino le prometió a Lynch una libertad creativa absoluta, por lo que el joven realizador, rechazó dirigir otra propuesta que tenía en cartera, una película que suponemos el vió como "menor", nada más y nada menos que El Retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983), y se entregó completamente a la escritura del guión, con la idea en mente de rodar inmediatamente después una secuela. El presupuesto acordado fué de 40 millones de dólares y por fin Lynch comenzó a rodar Dune en México el 30 de Marzo de 1983. Poco podría saber que sería la peor experiencia laboral que tuvo en su carrera...

Pero eso amiguitos es otra historia, y será contada en otra ocasión...

Para ver la segunda parte de este post pinchad aqui.

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